Queremos compartir con vosotros este artículo, publicado en el último número de la Revista Rol por la profesora de la Universidad de Gerona Dolors Juvinyá, gran conocedora del tema, y que hace un repaso pormenorizado vinculando, como no puede ser de otra manera, la mejora en la cantidad y calidad de la investigación a su desarrollo académico, desde que en el año 1977 la titulación adquiriera el rango de universitaria con los estudios de diplomatura, hasta nuestros días.
Una de las fechas importantes que se apuntan es el año 2009 porque es el momento en que se inician los programas de doctorado para enfermería y con ello se conseguía definitivamente romper el “techo de cristal” que les separaba de otras titulaciones, y ha supuesto un aumento del 80% de la capacidad investigadora y como consecuencia de las publicaciones científicas.
Los datos de este estudio, que revelan un aumento constante e incluso muy importantes en los últimos años, se han obtenido de las búsquedas realizadas en dos de las principales bases de datos internacionales (WOS y Scopus) y en la base de datos de tesis TESEO. A pesar de ello la autora señala la necesidad de aumentar la calidad, visibilidad e impacto de la investigación en enfermería y la transferencia a la práctica clínica.
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